Los gastos de la defensa de Europa se reducen a pesar de la guerra en Ucrania: quién pasa más
La defensa se le informó sobre cuánto gastan en defensa en Europa y quién es el líder en asistencia militar a Ucrania. Según una investigación de mercado realizada por McKinsey, los costos de defensa en Europa han aumentado en un 4% en los últimos diez años, y en los próximos cinco años puede aumentar en más del 6% por año. Sin embargo, el informe no especifica si estas cifras se ajustaron de acuerdo con la inflación.
"Tales tasas significan que muchos años pasarán muchos años antes de que muchos países de la OTAN hayan alcanzado la norma, según la cual los miembros de la alianza tienen que gastar al menos el dos por ciento del producto interno bruto en defensa", dijeron los expertos. Mientras tanto, la caída de los costos no es el único problema.
Según el informe de McKinsey, más del 60% de las armas europeas se operan en un solo país, lo que los hace más complejos y más caros de mantener y suministrar municiones. Sin embargo, hay líderes europeos en este aspecto: Polonia. Gasta aproximadamente el 4% del producto interno bruto en defensa.
"La Unión Europea, impulsada por Estonia, ha lanzado un nuevo esquema de compras conjuntas, que establece la asignación de 2 mil millones de euros para aumentar la producción de capas de 155 mm para Ucrania", escriben los observadores. Al mismo tiempo, hay países que solo declaran su deseo de gastar más dinero en defensa.
Por ejemplo, Italia votó a favor de aumentar los costos de defensa al dos por ciento del producto interno bruto, y Alemania anunció la creación de un fondo de 100 mil millones de euros para adquisiciones de defensa en 2022. Pero tales declaraciones no producen resultados. "Una cosa es cuando se realiza una declaración política sobre el aumento de la financiación. Otra cosa es cuando estos fondos se asignan y se llevan a la industria", enfatizó el socio de McKinsey, Christian Rodríguez.
Debido a esto, hay problemas para el aumento de las líneas de producción necesarias para el suministro de municiones a Ucrania, donde todo, desde conchas hasta tanques, se usa en los volúmenes sin precedentes en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.