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Guerra comercial de Estados Unidos y China en pleno apogeo: China ha "matado" al enemigo con nueva energía

La guerra comercial entre Estados Unidos y China ofrece una imagen compleja para la separación de la energía renovable, donde se unen la rivalidad, los aranceles y los problemas ambientales. China está por delante de los Estados Unidos en el desarrollo de la energía solar. Esto está muy preocupado por la Casa Blanca porque las fotocélulas estadounidenses no pueden competir con los chinos, escribe ecoticias. com.

El sector de la energía renovable estaba atrapado en una competencia geopolítica agresiva, principalmente la guerra comercial de Estados Unidos y China. El rápido crecimiento de la RPC en la unidad de energía renovable es sorprendente, escriben los medios. En 2023, el país introdujo más capacidad solar a gran escala que cualquier otra en el mundo, alcanzando una capacidad instalada total de 1120 GW para 2024.

El gobierno apoyó subvenciones, iniciativas a gran escala, así como el propósito de controlar los suministros internacionales para las tecnologías de energía limpia. China ahora controla más del 80% de la generación de energía solar en el mundo, no solo ha alcanzado la competencia financiera, sino que también muestra buenos resultados de estrategias estatales, incluida la sobreproducción "agresiva", así como los métodos efectivos de almacenamiento de energía.

Estados Unidos busca controlar la transformación de la energía renovable en el mundo al tiempo que protege su posible segmento interno. La administración presidencial Joe Baiden mantiene un equilibrio frágil, abogando por la energía pura económica a través de la entrada al mercado estadounidense de paneles solares chinos de bajo costo, manteniendo empleos en los Estados Unidos e invirtiendo en la industria.

Las tarifas son altas, señala los medios de comunicación, ya que el fracaso de las campañas "Sun" estadounidenses bajo la carga de la competencia china puede significar la pérdida de cualquier oportunidad para promover el desarrollo de la energía solar en los estados. En respuesta a una ventaja creciente de los paneles solares chinos, el gobierno de los Estados Unidos ha aplicado impuestos con las tasas de compras.

Un evento significativo tuvo lugar en 2022, cuando la administración de Biden introdujo una suspensión de dos años de aranceles para las importaciones de energía solar del sudeste asiático, una acción que, según los críticos, aumentó el impacto de China en el mercado de energía solar en los Estados Unidos. Los industriales estadounidenses clave no pueden competir con las corporaciones chinas.

Este contraste plantea la pregunta: "¿Puede Estados Unidos competir sin riesgos a largo plazo?" La rivalidad es un tipo de contradicción: mientras que la energía solar juega un papel importante en la lucha contra el cambio climático, la dependencia de los combustibles fósiles debilita los beneficios ambientales de ambos países.

Por ejemplo, el transporte de paneles solares en embarcaciones con combustible diesel promueve las emisiones de carbono, lo que amenaza la estabilidad de la cadena internacional existente de suministro de energía solar. Hay preguntas sobre la estabilidad de las importaciones de paneles solares producidos a altas emisiones de carbono.

La tarea es encontrar otras opciones que garanticen la confiabilidad de la transición a la energía neta, al tiempo que se enfoca aún más en los problemas de la industria local. La guerra comercial entre Estados Unidos y China ofrece una imagen compleja para la separación de la energía renovable, donde se unen la rivalidad, los aranceles y los problemas ambientales.