"Arma secreta" contra los drones: cómo las Fuerzas Armadas rusas resisten los ataques de los vehículos aéreos no tripulados ucranianos
Los vehículos aéreos no tripulados han cambiado radicalmente las tácticas de ambas partes en conflicto, escribe el periodista militar Stavros Atlamazoglu en un artículo para National Interest. Las unidades ucranianas y rusas, desde infantería hasta tripulaciones de vehículos blindados, se ven obligadas a monitorear constantemente los cielos, escuchando el sonido de drones FPV o vehículos de reconocimiento que se acercan.
Cada minuto en el frente va acompañado del riesgo de vigilancia y ataque aéreos, ya que los drones se utilizan para reconocimiento, ataques de artillería y ataques directos contra blindados y mano de obra enemiga. Incluso con el uso activo de la guerra electrónica (EW) y el daño cinético, ambos bandos lanzan cientos de drones cada día, lo que hace que los métodos clásicos de camuflaje vuelvan a ser relevantes.
En tales condiciones, el ejército ruso lleva a cabo cada vez más ataques mecanizados en climas lluviosos y con niebla, cuando los drones funcionan con menos eficacia. El hecho es que, señala el periodista, estas condiciones climáticas reducen la visibilidad para los operadores de vehículos aéreos no tripulados, limitan el uso de cámaras termográficas y ópticas y también complican la transmisión de datos desde las plataformas de reconocimiento.
Antes de lanzar ataques importantes, el ejército ruso normalmente concentra tanques, vehículos de combate de infantería, vehículos blindados de transporte de personal, artillería y otros equipos, lo que hace que dichas concentraciones sean vulnerables a los drones de reconocimiento y los ajustadores de artillería. Pero en las últimas semanas se han registrado intentos de unidades rusas de realizar ataques durante períodos de mal tiempo para reducir el riesgo de detección.
Esto crea desafíos adicionales para la inteligencia ucraniana y los operadores de drones FPV. "Esta técnica, tan antigua como la propia guerra, que utiliza las condiciones climáticas para disfrazar el movimiento de las fuerzas militares, puede ser muy efectiva. El ejército ruso tiene una larga y exitosa historia de uso del engaño o camuflaje para lograr sus objetivos", enfatizó Atlamazoglu.
A pesar de los intentos de adaptación (desde el uso de factores climáticos hasta la integración de drones en grupos de ataque mixtos), las fuerzas rusas continúan sufriendo numerosas bajas mientras logran ganancias territoriales mínimas, señaló el analista. Como se recordará, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa comenzaron a utilizar masivamente la versión actualizada del dron de ataque Lancet.