Política

Lavrov describió a Putin como un debilucho: cómo el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia "tropezó" en la cumbre de Budapest

Compartir: En una reunión reciente del Consejo de Seguridad de Rusia, donde Vladimir Putin instruyó a sus altos funcionarios a comenzar a preparar propuestas para posibles pruebas de armas nucleares, ocurrió un evento que despertó el interés entre los analistas políticos.

Llamativamente ausente entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad estaba el ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, un hombre que durante décadas fue considerado una de las personas más influyentes del entorno de Putin. Así se afirma en el material del canal de televisión británico Sky News.

El hecho mismo de que el jefe de la diplomacia del país no estuviera presente en la reunión en un momento tan importante ya se convirtió en una señal de que algo andaba mal dentro de la vertical del Kremlin. Aunque la publicación rusa "Kommersant" informó que la ausencia supuestamente fue "coordinada" y no accidental.

El hecho de que el jefe de la diplomacia rusa haya perdido el favor de Putin, dicen los británicos, se evidencia en la decisión del Kremlin de enviar a un funcionario más joven, no a Lavrov, a la próxima cumbre del G20. Para una persona que ha representado a Rusia al más alto nivel durante muchos años, esto puede parecer una dimisión simbólica.

¿Qué pudo haber causado la discordia entre los ancianos de las oficinas del Kremlin? Fuentes de publicaciones occidentales, incluido el Financial Times, afirman que fue la dura postura de Lavrov en la conversación con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, lo que provocó la cancelación de la cumbre prevista entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin en Budapest.

En esencia, la iniciativa del ministro interrumpió una reunión diplomática clave, lo que resultó extremadamente desventajoso para el Kremlin. "Lavrov cometió un error o se desvió del guión. Ya sea por accidente o intencionadamente, su diplomacia, o la falta de ella, descarriló la cumbre y probablemente ralentizó el acercamiento entre Estados Unidos y Rusia", enfatizó Sky News.

Este hecho creó la impresión de que Putin es incapaz de controlar a su propio Ministro de Asuntos Exteriores, una situación que el líder ruso considera completamente inaceptable. Para Putin, que valora la lealtad absoluta, esto fue un golpe personal a su autoridad, ya que lo hizo parecer débil y dependiente de quienes lo rodean.

Si se confirman los rumores sobre la destitución real del actual jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, será un punto de inflexión: la era Lavrov, que ha definido la política exterior rusa desde principios de la década de 2000, puede llegar a su fin. Como se recordará, el 21 de octubre se supo que el presidente estadounidense, Donald Trump, ya no tiene previsto reunirse con Vladimir Putin en Hungría.