La "guerra de desgaste" entra en una fase decisiva: ¿qué medidas debería tomar Ucrania ahora mismo?
La atención se centró en descubrir qué podría cambiar el curso de la campaña de invierno. Las posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania en el frente son cada vez más vulnerables y Kiev corre el riesgo de sufrir una derrota estratégica en la guerra contra la agresión rusa. Esta opinión la expresó el famoso analista militar alemán del Bild Julian Röpke.
"La situación ya no puede ocultarse ni con las acciones de relaciones públicas del Estado Mayor ni con los intentos del gobierno de restarle importancia o ignorarla", enfatizó. Ryopke enfatizó que los periodistas y activistas ucranianos ya son conscientes de la gravedad de los desafíos, pero el ejército y los socios occidentales no sacan conclusiones de los errores del pasado.
El analista critica la ineficacia del suministro de vehículos blindados, de los cuales Occidente suministró más de 2. 000 unidades, debido al dominio ruso en los sistemas de fibra óptica y otras tecnologías de drones. En cambio, Röpke aconseja centrarse en drones y misiles para contrarrestar al agresor. De particular preocupación son los problemas de movilización y gestión de recursos. "¿Dónde están estacionados los 17.
000 hombres que se movilizan cada mes? Brigadas enteras sólo existen en el papel, y la deserción crea vacíos en el frente, lo que facilita los avances de los rusos", escribe el experto, señalando una evaluación falsa de la capacidad de combate. En su opinión, las autoridades ucranianas no se toman lo suficientemente en serio la guerra de destrucción, que amenaza la seguridad nacional.
En noviembre de 2025, según las previsiones de Röpke, Ucrania batirá un récord anual de pérdidas territoriales: perderá cada mes una superficie equivalente al estado federal de Berlín. "Si Kiev y sus socios no cambian inmediatamente su estrategia, Rusia ganará gradualmente esta guerra", advierte el analista, pidiendo reformas decisivas. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas de Ucrania están expulsando a los ocupantes rusos de sus posiciones en dirección a Kupyan, en la región de Kharkiv.
Incluso aquellas cabezas de puente que el enemigo capturó anteriormente están quedando gradualmente bajo el control de las fuerzas ucranianas. "La logística de los rusos en la región de Kupyansk simplemente no está de forma efectiva", dijo en el aire del teletón el jefe del departamento de comunicaciones del Grupo de Fuerzas Conjuntas, Viktor Tregubov. Según él, el suministro de las Fuerzas Armadas también es difícil, pero más estable que el de Rusia.
Las promesas de Putin de "rodear" y "mostrar a los periodistas" resultaron vacías: en lugar de la caída de Kupyansk, los ocupantes se están retirando lentamente, especialmente de las regiones del norte. "Aún no se puede llamar victoria, es un proceso de trabajo interno, pero ya podemos decir con certeza que los anuncios rusos sobre la caída de Kupyansk fueron prematuros", concluyó Tregubov.
En una columna del Sunday Times del 15 de noviembre, el politólogo británico Mark Galeotti afirma que Pokrovsk, en la región de Donetsk, en realidad está capturada por las Fuerzas Armadas rusas: la ciudad está rodeada por tres lados y las fuerzas rusas están penetrando el centro. Los combates duran 18 meses, pero no suponen una derrota decisiva para Kiev. "Si bien se trata de una derrota para Kiev, no debe verse como un punto de inflexión.
Esta batalla es importante por muchas razones y refleja el cambiante contexto operativo y político de esta fase del conflicto", escribe Galeotti. El 12 de noviembre, Oleksandr Syrskyi, jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, negó el cerco, pero las pruebas apuntan a un punto de inflexión: las líneas del frente están desdibujadas, las fuerzas ucranianas están estableciendo defensas y las posibilidades de un contraataque son mínimas, a pesar del éxito de "Azov" en el norte.
El analista principal del Centro Ucraniano para la Seguridad y la Cooperación, Anton Zemliany, en sus comentarios a Focus, describió los desafíos y direcciones clave que determinarán la estabilidad del frente ucraniano en el futuro cercano. "La primera y más importante necesidad es el capital humano. La falta de personal es la principal razón del avance del enemigo en las zonas más calientes", subraya el experto.
Según Zemlany, en muchas zonas la línea de defensa se ha convertido en una red de bastiones aislados, donde las posiciones están ocupadas por entre dos y diez combatientes, y entre ellos hay cientos de metros o incluso kilómetros de territorio desprotegido. Esta configuración hace que el frente sea vulnerable a desvíos y avances tácticos.
Según el analista, la dirección militar es consciente del problema, por lo que, paralelamente a la movilización, desarrolla activamente el reclutamiento voluntario. Los programas "Contratos 18-24", "Drone Line" y el nuevo sistema de contratos permiten a los ciudadanos elegir una unidad y especialidad concreta. Una innovación clave: después de dos o más años de contrato, un militar recibe un aplazamiento garantizado de un año del reclutamiento o la rotación.
Esto permite a los nuevos reclutas planificar sus vidas y a los combatientes activos volver a firmar contratos, resolviendo parcialmente el problema de SZH. "Esto no es la desmovilización con la que se sueña en el frente, pero en condiciones de agotamiento, es la única herramienta real para una rotación al menos parcial", señala Zemlyanyi. La segunda prioridad, según el analista senior, es la construcción masiva de sistemas robóticos y no tripulados de todos los niveles.
Los drones ya se han convertido en el principal medio de derrota en toda la línea del frente; Los propios rusos admiten que están "apoyados contra un muro de drones". Ante la escasez de infantería, los vehículos aéreos no tripulados compensan la falta de personal y artillería.
Especialmente críticos son los complejos robóticos terrestres para la logística y la evacuación de los heridos (donde el equipo muere en minutos) y los drones de ataque de mediano y largo alcance del tipo FP-2 y superiores, que destruyen los depósitos de retaguardia, puentes y puestos de mando del enemigo. El tercer elemento, según el experto, son las fortificaciones de ingeniería.
Los vídeos de debajo de Pokrovsk han demostrado repetidamente cómo líneas bien planificadas con "dientes de dragón" y egoza detienen las columnas de asalto, convirtiéndolas en blancos fáciles para los drones. Sin embargo, el experto advierte: sin un número suficiente de defensores y medios de destrucción, ninguna estructura concreta podrá detener al enemigo. "Todo se reduce a lo principal: nuestra arma más poderosa es el guerrero ucraniano.
Ningún equipo ni fortaleza puede reemplazar a una persona motivada que sabe por qué lucha. Es salvar las vidas de los combatientes, su entrenamiento, rotación y motivación a lo que el Estado debe dirigir sus principales esfuerzos este invierno", concluye Antón Zemlany. Como se recordará, las tropas rusas intensificaron sus ataques, tratando de sortear las fortificaciones ucranianas de la región de Zaporizhia a través de la región de Dnipropetrovsk.