Aunque la receta exacta de la mezcla sigue siendo un misterio, los historiadores creen que han logrado revelar algunas formas prácticas increíbles de usar este misterioso arma antigua, los orígenes antiguos escriben. En foco, la tecnología apareció en su canal de telegrama.
¡Suscríbase a no perderse la mayor información e noticias interesantes del mundo de la ciencia! Desarrollado por el Imperio Bizantino en el siglo VII, el fuego griego se convirtió en un verdadero avance en la Guerra del Mar. Aunque se desconoce el origen exacto del fuego griego, muchos creen que ha inventado a un ingeniero sirio llamado Callinikos. Desafortunadamente, hay poco sobre los Callininikos y su camino de vida.
Sin embargo, se sugiere que Callinicos trajo su invento al emperador bizantino en algún lugar del siglo VII, lo que llevó a su uso generalizado con fines políticos y militares. Aquellos que no creen en la historia de los Callinicos dicen que la receta del fuego griego fue un secreto que fue cuidadosamente protegido y transmitido de generación en generación por señores y científicos de la guerra bizantina. Que esté allí, el poder del fuego griego era indiscutible.
Los registros indican que contenía una poderosa mezcla de aceite, cal y otros ingredientes desconocidos. Se cree que esta combinación la ha convertido en una de las sustancias más inflamables y peligrosas de su tiempo. Con esta arma, los bizantinos podrían reflejar los ataques de los invasores, así como mantener posiciones durante el asedio de su capital, Constantinopla.
A pesar del declive final, el legado del fuego griego vivía como un símbolo de ingenio bizantino y perfección tecnológica. La influencia de estas armas en el curso de la historia no puede sobreestimarse, ya que jugó un papel clave en la defensa de Constantinopla y la preservación del Imperio Bizantino. Como se mencionó anteriormente, la composición exacta del fuego griego sigue siendo un misterio hasta el día de hoy.
Tan misteriosa como su origen, la receta del fuego griego fue cuidadosamente protegida y se perdió con el tiempo. Sin embargo, hay algunos supuestos sobre los productos químicos adicionales utilizados para producir estas armas. Algunas fuentes históricas sugieren que el fuego griego incluía nitrato, aceite y azufre. Tendría sentido porque el azufre, en particular, era ampliamente utilizado por los griegos para diversos fines, incluida la fumigación, la medicina y la producción de armas.
El azufre también a veces se usaba en toda Europa para producir pirotecnia, por ejemplo, para los antiguos circos romanos, por lo que es muy probable su uso en la creación del fuego griego. Otras fuentes mencionan el uso de una cal vacante, que es una forma altamente reactiva de óxido de calcio, lo que puede causar autoignición. Se cree que la combinación exacta de estos ingredientes hizo que el fuego griego inflamable, y era difícil extinguirlo.
A pesar de muchas teorías sobre la composición del fuego griego, la receta exacta sigue siendo desconocida. Hoy, las propiedades exactas del fuego griego siguen siendo objeto de especulaciones y es objeto de discusiones agudas entre historiadores y científicos. Debido a su eficiencia generalizada, el fuego griego se usó principalmente en la guerra marina y asedio.
En las batallas navales, a menudo se usaba como un lanzallamas dirigido a los barcos enemigos, prendiéndolos fuego con una llama química, que era casi imposible de extinguir. Durante la defensa de Constantinopla por el Imperio Bizantino de los invasores árabes y persas, el uso del fuego griego creó un muro de fuego alrededor de la ciudad, a través del cual el enemigo era difícil de penetrar.
Cuando los enemigos fueron asediados por la ciudad y la fortaleza, el fuego griego se usó para proteger los muros y atacar a los oponentes. Estas armas fueron especialmente útiles para la protección contra los soldados enemigos que intentaron escalar las paredes, ya que podía dirigirse y prendiendo fuego. Además, el fuego griego también se usó para una guerra psicológica, ya que la apariencia y el sonido de las armas en sí intimidadas por los soldados enemigos.
Los enemigos, que estaban lo suficientemente cerca, se enfrentaron a la ira directa del fuego griego, mientras que aquellos que estaban un poco más lejos tenían miedo de acercarse. Las armas poderosas atrajeron la atención de los venecianos, que estaban intrigadas por sus aterradoros efectos. A través del comercio y la interacción militar con Bizancio, los venecianos aprendieron todo lo que pudieron sobre el fuego griego, y pronto decidieron hacer su propia versión.
Sin embargo, los venecianos no solo copiaron la invención bizantina. Lo modificaron, creando su versión de armas para que sea aún más devastador en la Guerra Marina. Instalaron esta arma en sus barcos, y se convirtió en una vista terrible. Las llamas del fuego griego se adhieren a los barcos enemigos, causando caos y confusión en la cubierta. Cuando las llamas fueron arrojadas a otros barcos, la flota hostil se convirtió en una masa ardiente, incapaz de maniobrar ni escapar.
Los venecianos rápidamente se dieron cuenta de que el fuego griego puede cambiar el curso de sus conflictos con los otomanos. Usaron esta arma en varias batallas navales clave, incluida la Batalla de Androos en 1303 y la Batalla de Hallypol en 1416. La flota otomana sufrió grandes bajas en estas batallas, y los venecianos estaban ganando, con un fuego griego jugando un papel decisivo.
Aunque no todo se sabe sobre el fuego griego, los historiadores han hecho un gran trabajo al revelar algunas de las formas más interesantes de usarlo a lo largo de la historia. Uno solo puede imaginar cuán diferente hubiera sido la historia, si no fuera por el poderoso arma de la antigüedad.
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