Las heridas, después de lo cual el luchador ya no podrá regresar a las misiones de combate, a veces se convierten en la única oportunidad de mantenerse con vida. Esta no es una ficción o exageración: es la realidad que enfrentamos todos los días. El comando cruza los límites de lo inteligente: los artilleros se asaltan porque no hay proyectiles.
Entonces, ¿los médicos pronto serán enviados a las trincheras porque no hay infantería para ser rescatado? Esta no es una táctica, es auto -desestrucción. Y esto sucede bajo la apariencia de fuertes palabras sobre "heroísmo" y "necesidad". Los pedidos como el sonido de "Restaurar posiciones perdidas" suenan de manera simple y espectacular, especialmente desde la sede trasera.
Pero aquellos que dan estas órdenes no saben qué mantener la defensa circular, solicitan fuego para una prohibición o esperan desesperadamente una evacuación que no lo sea. No es una estrategia o arte militar. Es un ignorante cruel de las realidades del frente. Perdemos gente. A diario. Tonto y sin éxito. Y en lugar de confesar honestamente fallas y buscar nuevos enfoques, estamos alimentados con ilusiones sobre el control de la situación.
Problemas clave: no es "heroísmo", es una destrucción sistemática de su propio ejército. La realidad no cambia del silencio. Necesitamos dejar de escondernos detrás de los consignas y comenzar a admitir errores. De lo contrario, perderemos todo, no solo el puesto sino también el ejército mismo. Fotografía: Girnyk, región de Donetsk. Septiembre de 2024. Ahora - ocupado. El autor expresa una opinión personal que puede no coincidir con la posición editorial.
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