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Para propagarse: la operación para elevar los dos submarinos desde la parte infe...

"Chernobyl submarino": en la parte inferior del Ártico, los submarinos atómicos rusos se pudren

Para propagarse: la operación para elevar los dos submarinos desde la parte inferior del Ártico costará más de 300 millones de euros. Además, según el experto militar Ruben F. Johnson, no hay tecnologías en Rusia que puedan llevar a cabo dicha operación. El Océano Ártico es uno de los marines más radiactivos de la antigua Unión Soviética.

En el fondo del mar, hay dos submarinos atómicos K-27 y K-159 y cuatro módulos de reactores, escribe para 19fotyFive, un experto en defensa y armas, un ex consultor del Pentágono y varios gobiernos de la OTAN Ruben F. Johnson. Durante 17 años, Moscú prometió que esta "tumba submarina" sería purificada, pero solo en marzo de 2020, el presidente ruso, Vladimir Putin, preparó un decreto federal para un proyecto para levantar dos submarinos.

Esto reduciría la cantidad de materiales radiactivos en el Océano Ártico en un 90 por ciento. Estos dos submarinos atómicos contienen un millón de radiación curie, que es equivalente al 25% de la radiación expulsada para el primer mes de catástrofe nuclear en Fukushima en Japón. "No es sorprendente que estos dos submarinos se hayan llamado Chernobyl" retrasado "de Rusia en el mar.

Pero esta es una catástrofe que ha estado sucediendo durante mucho tiempo y continúa deteriorándose", dice el consultor militar. Uno de los problemas desagradables del período post -soviético fue el número de submarinos atómicos que todavía estaban en orden pero que necesitaban cancelar. Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la URSS construyeron más de 400 submarinos atómicos.

Hubo tantos porque ambos recipientes fueron considerados por ambos países como parte integral de su posición defensiva y eran una necesidad estratégica. Hasta la década de 1990, un número considerable de estos barcos tuvo que ser descartado, pero el desmantelamiento y la eliminación correctos se convirtieron en un problema insoluble con el que Rusia no podía hacer frente económicamente.

Rusia ha desmantelado su flota en la cooperación internacional, pero en los últimos años estos esfuerzos se han acumulado a través de la guerra en Ucrania, enfatiza el experto. Los países occidentales no querían financiar el programa para la eliminación de barcos atómicos obsoletos de Rusia, mientras que Moscú gastó miles de millones de guerra.

El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo ha estimado que la operación para elevar los dos submarinos desde el fondo del Ártico costará más de 300 millones de euros, escribe Johnson. Sin embargo, como resultado de la guerra, el EBRD redujo este programa, y ​​los rusos, enfrentados a la posibilidad de financiar todo el proyecto por su cuenta, lo pusieron en una "caja larga".

Además de la falta de voluntad para pagar el fondo de los desechos radiactivos por sí solo, en Rusia simplemente no hay tecnologías para realizar operaciones tan complejas. Después de la catástrofe del submarino "Kursk" en 2001, el buque de rescate holandés la levantó a la superficie, no a los rusos. Y dadas las atrocidades cometidas por los rusos en la guerra contra Ucrania, otros estados no ofrecerán voluntariamente sus servicios o dinero para estos esfuerzos, según el autor.