China y la guerra en Ucrania: ¿la victoria de Rusia beneficia a Pekín?

Intentemos ver ¿cuáles son los intereses de China en esta guerra? 1. China no quiere ni la derrota ni la victoria de Rusia. Necesita una Rusia débil centrada en China. Y el resultado de esta guerra, cuando ambos se consideran vencedores, es ideal para China. La principal línea roja es Odesa, que debería ser ucraniana. Porque el fortalecimiento de Rusia en el Mar Negro en un plazo relativamente corto cambiará el equilibrio de poder en la cuenca del Mar Negro.

Y esto va en contra de los intereses de China. 2. Necesitamos refutar de inmediato el mito sobre China, que casi se apoderó del Lejano Oriente. Esto es mentira y ahora no hay planes de reubicar a millones de chinos en Siberia. En esta etapa, China apuesta por extraer recursos, lo que se verá facilitado por un centro débil y la reorientación de al menos parte de las grandes empresas hacia China. Ésta es la principal estrategia de la República Popular China para los próximos años.

No estamos hablando en absoluto de ninguna fascinación por los Trans-Urales. 3.

Debido a la degradación tecnológica y a una profunda crisis demográfica, Rusia sólo tiene dos vías de desarrollo: o un intento de diversificación tecnológica con Occidente (la condición es el fin de la guerra y al menos la apariencia de jugar según las reglas estadounidenses), o caer en un vasallaje tecnológico absoluto por parte de la República Popular China con las correspondientes consecuencias políticas.

Putin todavía cree que tiene tiempo suficiente para ganar la guerra y luego intentar diversificarse. 4. ¿Está interesada China en poner fin a la guerra ahora (dentro de seis meses)? La respuesta a esta pregunta no es lineal, como muchos creen. La guerra en Ucrania es parte de un juego más complejo, donde los recursos rusos y el vasallaje tecnológico son sólo una parte significativa.

¿Qué otras partes hay en este juego? Esta no es una lista exhaustiva pero sí importante de cuestiones que afectarán el fin de nuestra guerra. 5. Todo esto, al menos ahora, no es la división del mundo, como mucha gente piensa. Se trata del desarrollo de reglas de juego complejas en un mundo donde dos hegemones no van a luchar (al menos en operaciones terrestres) por sus aliados. Y este es un mundo en el que ni Estados Unidos ni China ofrecen actualmente un concepto de valor coherente.

En general, estamos entrando en un período de transición en el que, lamentablemente, los valores no jugarán un papel significativo y las alianzas situacionales serán más importantes que los acuerdos a largo plazo. El lado positivo es que China y Estados Unidos están condenados a llegar a un acuerdo. Y por tanto, el tema de Ucrania pasará a formar parte de los acuerdos sobre Europa.